Un agujero negro u hoyo negro es una región del espacio-tiempo provocada por una gran concentración de masa en su interior, con enorme aumento de la densidad, lo que provoca un campo gravitatorio tal que ninguna partícula ni la energía, por ejemplo la luz, puede escapar de dicha región.
La curvatura de el espacio, tiempo o «gravedad de un agujero negro» provoca una singularidad envuelta por una superficie cerrada, llamada horizonte de sucesos. Esto es debido a la gran cantidad de energía del objeto celeste. El horizonte de sucesos separa la región de agujero negro del resto del Universo y es la superficie límite del espacio a partir de la cual ninguna partícula puede salir, incluyendo la luz.
Dicha curvatura es estudiada por la relatividad general, la que predijo la existencia de los agujeros negros y fue su primer indicio.
En los años 70 Hawking y Ellis demostraron varios teoremas sobre la ocurrencia y geometría sobre los agujeros negros.
Se cree, que en el centro de las galaxias, entre ellas La Vía Láctea hay agueros negros supermasivos. La existencia de los agujeros negros está apoyada en observaciones astronómicas, en especial a través de la misión de rayos x por estrellas binarias y galaxias activas.
El origen de los agujeros negros es planteado por el astrofísico Stephen Hawking en su libro titulado Agujeros negros y la historia del tiempo. Allí él mismo comenta acerca del proceso que da origen a la formación de los agujeros negros.
Dicho proceso comienza posteriormente a la muerte de una gigante roja, llámese muerte a la extinción total de su energía. Posteriormente al pasar varios miles de millones de años la fuerza gravitatoria de dicha estrella comienza a ejercer fuerza sobre si mismo originando una masa concentrada en un pequeño volumen convirtiéndose de ese modo en una enana blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario